La obra pública de Dora Stefanova transforma el espacio en un lugar de reflexión y conexión con el entorno, utilizando la escultura como medio para explorar y reinterpretar la relación entre la humanidad, la historia y la naturaleza. Sus intervenciones transforman entornos cotidianos en escenarios de contemplación, combinando formas orgánicas y metáforas que evocan la naturaleza, el tiempo y la memoria. A través de sus obras  genera una experiencia sensorial que trasciende lo meramente visual y convierte lo público en un espacio de intimidad compartida.